El aumento de la esperanza de vida es un fenómeno que afecta a cualquier ámbito y la atención hospitalaria, obviamente, es uno de los que más cambios está notando de manera directa en dicho sentido. Así, es necesario establecer un enfoque adecuado para afrontar dicha realidad. “Los últimos datos muestran que nuestro país tiene una esperanza de vida de 83 años, pero lo importante no es la esperanza de vida sino aumentar los años de vida saludable, es decir, sin limitaciones de actividad. Esto, como es normal, tiene una incidencia directa en la atención hospitalaria. De hecho, el 55% de los ciudadanos que ingresan por alguna causa médica en nuestros departamentos son mayores de 70 años. Por tanto, al tener cada vez una proporción mayor de población de más de 65 años que va en aumento, el reto principal al que nos enfrentamos es el de plantear reformas en el sistema sanitario público para hacer un uso óptimo de los recursos, para lograr una atención más eficaz y una mejor gestión de las enfermedades crónicas fuera de los centros hospitalarios”, reflexiona Elisa Tarazona, directora de operaciones de Ribera Salud.
La potenciación y el apoyo a un envejecimiento activo desde distintas áreas – como sanidad, economía, trabajo, educación, justicia, vivienda o transporte – ha marcado una diferencia en los últimos años, de acuerdo con Elisa Tarazona. Siguiendo con sus palabras: “Se han incrementado considerablemente por parte de organismos públicos y privados las actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Se ha incidido en los efectos negativos que tiene llevar una vida sedentaria, el no cuidar la alimentación y el tabaquismo. También se están potenciando los programas de cribado del cáncer y vacunación. Y es que, según estiman algunos estudios, tiene una mayor influencia en el envejecimiento saludable el haber llevado unos buenos hábitos de vida (50%) que los factores genéticos (20%). El resto se debe al entorno y al sistema sanitario”.
Este ámbito se encuentra en evolución constante, por lo que desde Ribera Salud están pensando ya en cuál será el próximo avance más relevante: “la medicina de precisión, es decir, los planes de cuidados personalizados”, en opinión de Elisa Tarazona. “Hemos desarrollado un ambicioso programa de salud poblacional. En estos momentos, somos capaces de ofrecer algo más que una foto fija de la situación de la salud de los ciudadanos, porque podemos adelantarnos a las necesidades de salud que requerirán en el futuro. En primer lugar, estratificamos correctamente a la población para poder asignarle un nivel de cuidados en función de sus necesidades de salud. En segundo lugar, y como resultado de la estratificación, obtenemos la carga de enfermedad de cada uno de los pacientes para, a partir de ahí, diseñarles un plan de cuidados personalizado”, explica. Con todo, la intención de esta línea de trabajo es llegar a un análisis predictivo: “una información más efectiva y específica que revierta en beneficio del paciente y en la precisión en el diagnóstico de los profesionales sanitarios”, matiza la directora de operaciones del grupo.
Por todo ello, desde Ribera Salud no han dudado en sumarse a la primera edición del Longevity World Forum, que tendrá lugar los próximos 7 y 8 de noviembre en el Palacio de Congresos de Valencia. “Estamos convencidos que de este congreso surgirán reflexiones enriquecedoras y soluciones innovadoras que nos ayudarán a ofrecer una mejor atención sanitaria personalizada. Creemos que este encuentro es un excelente punto de partida para que en España se empiece a abordar el tema del envejecimiento desde una perspectiva integral, multidisciplinar, y no sólo médica. No debemos olvidarnos de los factores socioeconómicos, educativos, inmobiliarios, los servicios de asistencia a domicilio y, muy importante, la tecnología al servicio de las personas mayores. Todo suma en el bienestar de cada uno de nosotros”, concluye Elisa Tarazona.