A Liz Parrish le asaltaron dudas sobre las enfermedades en el ser humano cuando su hijo fue diagnosticado de diabetes tipo 1. Esto le llevó, finalmente, a someterse a una terapia génica pionera en el mundo que está probando cómo se pueden combatir las dolencias asociadas a la edad. Así, es considerada la “paciente cero” de un proceso sin precedentes que está desarrollando desde BioViva Science, la compañía de biotecnología que dirige. Este caso experimental, que no ha sido validado ni avalado por ningún organismo científico internacional, ha sido presentado en el Longevity World Forum, congreso internacional sobre envejecimiento saludable que está celebrando su segunda edición en Valencia.
En concreto, la terapia génica de Liz Parrish centra su actuación en la telomerasa, que mejora la estabilidad genómica, reduce la senescencia y puede llegar a prevenir el cáncer; la folistatina, que aumenta y mejora la masa muscular, así como mengua la fragilidad; y el klotho, una enzima que optimiza las funciones cerebrales y elimina el daño causado por el estrés oxidativo; según ha explicado la propia CEO de BioViva Science. Asimismo, ha adelantado que en 2020 empezarán a trabajar con la proteína PGC-1alpha, ya que piensan que podría ayudar a tratar la demencia o el Parkinson.
La última jornada del Longevity World Forum, centrada en aspectos socio-económicos de la longevidad y en las pautas probadas para un envejecimiento saludable, se completa con las intervenciones de Maria Entraigues Abramson, Coordinadora Global de Divulgación y Desarrollo de SENS Research Foundation (EE.UU.), o Álvaro Pascual-Leone, profesor de Neurología en la Escuela de Medicina de Harvard (Estados Unidos); María Trinidad Herrero Ezquerro, Catedrática de Anatomía de la Universidad de Murcia, directora del Instituto de Envejecimiento de Murcia; o Pedro Almaida, doctor del grupo de Cronobiología de la Universidad de Murcia; entre otros/as ponentes.