A Manuel Serrano se le reconoce internacionalmente en el campo de la supresión tumoral. Además del descubrimiento del gen p16, uno de sus más importantes hallazgos ha sido la identificación de la senescencia celular como principal respuesta anti-oncogénica. En la segunda edición de Longevity World Forum compartirá su dilatada experiencia, así como los avances en los que actualmente trabaja desde el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona).
¿Qué significó el descubrimiento del gen p16 personal y profesionalmente para ti? ¿Qué aplicaciones médicas ha tenido en concreto?
El descubrimiento del gen p16 es una de mis mayores satisfacciones científicas. A nivel personal me enseñó mucho, incluido el valor del trabajo en equipo y de la suerte. Estoy muy orgulloso de ello, pero tampoco me atribuyo el mérito por completo. Profesionalmente me ha abierto muchas puertas y me ha dado visibilidad internacional desde muy temprano en mi carrera.
El gen p16 se usa para el diagnóstico de algunos tipos de cáncer hereditario, también para determinar el pronóstico de algunos tipos de tumores. Quizás el valor más importante de p16 fue entender el funcionamiento de la ruta protectora del cáncer conocida como p16/CDK4/ciclinaD/Rb. La quimioterapia dirigida a CDK4 es hoy una realidad con estupendos resultados para un tipo de cáncer de mama avanzado y todo sugiere que este tipo de quimioterapia será muy útil para otros tipos de cáncer.
¿Cuál es la gran lección que destacarías tras más de una década en el CNIO?
Hay varias: un centro de investigación puntero necesita unas unidades de apoyo de primer nivel, con los mejores especialistas y el mejor equipamiento; además los científicos tienen que ser elegidos con los máximos requisitos de calidad que además de una magnífica lista de publicaciones, debe incluir, creatividad, temas estratégicos, capacidad de colaborar y visibilidad internacional.
¿Por qué fundar una empresa como Senolytic Therapeutics para la especialización en senescencia celular?
Pues porque las empresas son la única manera de convertir los resultados científicos en avances tangibles para la sociedad, nuevas medicinas en este caso. El desarrollo de fármacos es un proceso increíblemente complejo, incierto y caro. Solo con inversiones privadas es posible iniciar este proceso. Personalmente, el participar en este proceso me parece un desafío fascinante del que estoy aprendiendo mucho.
¿Qué líneas de investigación estás desarrollando actualmente en el IRB?
Queremos entender cómo responden los tejidos al daño (y la palabra daño incluye envejecimiento, enfermedades degenerativas y cáncer). Entender estas respuestas nos puede dar claves para evitar y tratar muchas enfermedades. La mitad del laboratorio se concentra en la senescencia celular, que es una de las principales respuestas de las células dañadas; y la otra mitad se concentra en la plasticidad celular, que es la base de la regeneración de tejidos (y posiblemente también del cáncer).
¿En qué consiste el vínculo que junto a tu equipo has encontrado entre los genes supresores tumorales y el envejecimiento?
Los genes supresores de tumores nos protegen del cáncer y, de hecho, nos protegen de muchas enfermedades. En este sentido son muy beneficiosos. Sin embargo, si están constantemente activos (p. ej., porque hay una exposición al daño continuada o excesiva), esta protección puede de hecho acelerar el envejecimiento.
¿Qué próximo gran hito en reprogramación celular viviremos en un futuro próximo?
Creo que será el manipular la reprogramación con fármacos o con agentes biológicos (anticuerpos o pequeños péptidos). Esta es la dirección en la que trabajamos nosotros y muchos otros.
¿Cuándo tendrán una aplicación real en seres humanos los avances científicos en materia de envejecimiento que ya estáis probando en laboratorio?
Esto lo veo muy lejano. Primero tendríamos que ser capaces de tratar enfermedades degenerativas típicas del envejecimiento, como las fibrosis, que en cierto modo son un envejecimiento acelerado y local en un órgano. Esto es mucho más realista y próximo en el tiempo.
¿Podemos hablar de inmortalidad, como algunas voces pregonan de tiempo a esta parte, o ese concepto no se contempla científicamente?
Todavía no sabemos retrasar el avance de muchas enfermedades degenerativas (Alzheimer, fibrosis, etc.), menos aún revertirlas. Cuando esto ocurra podrá plantearse retrasar el envejecimiento y extender los años saludables. La palabra inmortalidad yo no la sé manejar, no sé si habla literalmente de eternidad (un astrónomo me diría que ni la tierra, ni el sol, ni la galaxia son eternos) o si es figurativo. No veo sentido en hablar de algo tan intangible. Prefiero concentrarme en objetivos mucho más modestos, como retrasar alguna enfermedad degenerativa.
¿Por qué has decidido participar en un congreso como el Longevity World Forum y qué destacarías de un encuentro de estas características?
En Longevity World Forum se ponen en común muchas perspectivas aportadas por los mejores especialistas del mundo. Esto es muy enriquecedor. Cada uno tiene una manera de ver el problema del envejecimiento y para mí es una gran ocasión de aprender.